El fue el quien me abordo, me acuerdo que en platica de amigos en común se discutia sobre los chapines y el aporta a la platica que - los guatemaltecos somos ¡#$%%$% y yo me levanto, me acuerdo, aclaro -que los guatemaltecos pajas, que no generalice, no todos los chapines somos asi-, asi fue como me presente ante el, esa fue la primera impresión. Acompañáme me dice un dia en que coincidimos, fue el quien me aborda, fue el quien me elige, pero como no es la primera vez que me sucede, fui cauteloso, me hice el loco algunas veces, sinceramente no queria saber de el, recuerdo el primer reclamo, porque a todos le das tu mail y a mi no-, me dice, yo segui haciendome el loco, asi paso mucho, mucho tiempo, el insistia en ser mi amigo, ¿porque? yo no lo se, habia algo de cautela en mi comportamiento, -ya fue suficiente- me dije, -no quiero caer otra vez – pense- fue su inocencia envuelta en ese cuerpo que me encanta lo que me cautivo, fue la caballerosidad lo que me encanto, lo varonil, sin embargo nada prosperaba, yo no abria la puerta, sabia que no debia hacerlo, sinceramente no se como sucedió, lo juro, no se a que hora. Una linda melancolia me baña en este momento porque acabo de colgar el telefono, les comparto lo que me dice, -que mi telefono se quedo sin carga, ahora es la segunda llamada que hago, la segunda a vos, a mi hombre-, reimos, yo me quiero morir por dentro, jejeje, ¡hay! maldita sea, yo no cambio.